06 Abr La temporada de huracanes de 2018 será tan fuerte como la de 2017
Fuente: infobae
Se esperan tormentas y ciclones por encima de las cifras promedio, según advierte un nuevo estudio.
Según la primera estimación de este año, la temporada de huracanes será otra importante como la del año pasado: la probabilidad de al menos un gran huracán (de categorías 3 a 5) que toque tierra, calculada sobre todas las costas de los Estados Unidos, es del 63%, contra un 52% de promedio en el siglo XX
Si se considera la costa este con la península de la Florida, el porcentaje de probabilidades de un ciclón de importancia que afecte el territorio es de 39%, 8% más alto que el normal; si se considera la costa del Golfo de México desde la Florida hasta Texas, las probabilidades llegan al 38%, contra un 30% habitual. En el Caribe, la estimación es del 52%, un 10% más que el promedio.
El estudio que realizaron Philip J. Klotzbach y Michael M. Bell, meteorólogos de la Universidad Estatal de Colorado (CSU), advirtió: “Anticipamos que la temporada de huracanes en la cuenca del Atlántico tendrá una actividad levemente mayor al promedio. Es probable que el actual fenómeno débil de La Niña lleve al patrón climático El Niño-Oscilación del Sur en los próximos meses, pero en este momento no anticipamos un fenómeno importante de El Niño para el verano-otoño (boreales)”.
La importancia de esas corrientes es fundamental para pronosticar los huracanes, ya que El Niño—un fenómeno de aguas más cálidas que los normales en el Pacífico ecuatorial— tiene un impacto importante en el clima global. Parte de sus efectos es el aumento de los vientos en el Atlántico tropical, lo que dificulta el desarrollo de los huracanes. La Niña es lo opuesto —un fenómeno de aguas más frías en la misma zona—, por lo cual crea condiciones más favorables para los ciclones.
“El occidente del Atlántico tropical está anormalmente cálido en este momento, mientras que partes del oriente del Atlántico tropical y el Atlántico norte están anormalmente cálidas”, describieron los autores, que estimaron que en 2018 habrá allí siete huracanes y 14 tormentas de magnitud, mientras que los normales históricos son de 6,5 y 12 respectivamente. “Anticipamos una probabilidad levemente superior al promedio de que grandes huracanes lleguen a la costa de los Estados Unidos y el Caribe”.
Klotzbach explicó a CNN: “La temporada pasada tuvo temperaturas cálidas casi récord en la superficie del Atlántico”, lo cual causó el pico de actividad que se vio, en particular con los huracanes Harvey, Irma y María. Las observaciones actuales permiten estimar otro año con impacto de al menos un ciclón en la costa, pero todavía falta mucho para el momento de mayor intensidad, que se da entre agosto y septiembre. “En este momento no preveo algo en el futuro inmediato que cause un calentamiento dramático de las temperaturas de superficies —siguió el experto—, sin embargo, queda tiempo para que algo así suceda”.
El pronóstico sigue a la devastación que una serie de 12 tormentas y huracanes causaron el año pasado, con más de un centenar de muertos y una pérdida económica de aproximadamente USD 200.000 millones, según la Administración Nacional de los Océanos y la Atmósfera (NOAA). La actividad de 2017 siguió a varios años de tranquilidad, que se cree que no regresará en el futuro cercano.
Aunque puede variar hasta el comienzo oficial de la temporada de ciclones, que es el 1 de junio, la proyección del Departmento de Ciencias Atmosféricas de CSU anuncia 70 días de tormenta (el promedio es de 60,1), 30 días de huracanes (contra 21,3) y siete días de huracanes de categoría 3 a 5 (contra 3,9).
El NOAA anticipó los nombres de las tormentas tropicales y los huracanes que se podrían formar en el Atlántico en 2018. Se presentan en orden alfabético, alternan los masculinos y los femeninos y en general no se utilizan todos. Los de este año son: Alberto, Beryl, Chris, Debby, Ernesto, Florence, Gordon, Helene, Isaac, Joyce, Kirk, Leslie, Michael, Nadine, Oscar, Patty, Rafael, Sara, Tony, Valerie y William.
Sobre este argumento es que Senamhi descarta que la situación se asemeje a lo sucedido en El Niño costero de 2017.